Morpho-Azul hoy estuvo en escena. ¡Al fin estrenó “Dentro: Encuentro”!
Quisiera compartir que fue una función llena de altibajos, de matices, de polaridades, de errores y lecciones… Llena de VIDA. Llena de un universo de sensaciones que sólo quien ha vivido de cerca la escena puede entender, y difícilmente describir. Incluso así lo intentaré, a sabiendas que puede faltar o sobrar detalles.
Estar en el escenario significa estar expuesto, desnudando tu alma, es tomar tu corazón con la mano y brindárselo al espectador. Tu cuerpo habla y no miente, pero el discurso trasciende lo material: los huesos, los músculos, la piel; porque se vuelven portadores y no creadores de la energía y de las sensaciones. Como nos dijo nuestro director, Francisco Carrera: “Con esta coreografía, ellos van a mirar su espíritu no su cuerpo”.
La escena es una lupa gigante, donde todo tu trabajo se observa detallada y meticulosamente tus aciertos y tus errores se maximizan. Por eso es un reto enfrentarte a ella, sabiendo el examen al que vas a someter a tu ser, como antes mencioné. Pero SIEMPRE vale la pena.
Los “errores” o simples distracciones de la memoria, estuvieron presentes en nuestra función, tal vez por nervios o por inseguridad, de cualquier forma “crecer es lo que uno hace después de equivocarse” (de la película "El Principio de Arquímedes”).
Quisiera compartir que fue una función llena de altibajos, de matices, de polaridades, de errores y lecciones… Llena de VIDA. Llena de un universo de sensaciones que sólo quien ha vivido de cerca la escena puede entender, y difícilmente describir. Incluso así lo intentaré, a sabiendas que puede faltar o sobrar detalles.
Estar en el escenario significa estar expuesto, desnudando tu alma, es tomar tu corazón con la mano y brindárselo al espectador. Tu cuerpo habla y no miente, pero el discurso trasciende lo material: los huesos, los músculos, la piel; porque se vuelven portadores y no creadores de la energía y de las sensaciones. Como nos dijo nuestro director, Francisco Carrera: “Con esta coreografía, ellos van a mirar su espíritu no su cuerpo”.
La escena es una lupa gigante, donde todo tu trabajo se observa detallada y meticulosamente tus aciertos y tus errores se maximizan. Por eso es un reto enfrentarte a ella, sabiendo el examen al que vas a someter a tu ser, como antes mencioné. Pero SIEMPRE vale la pena.
Los “errores” o simples distracciones de la memoria, estuvieron presentes en nuestra función, tal vez por nervios o por inseguridad, de cualquier forma “crecer es lo que uno hace después de equivocarse” (de la película "El Principio de Arquímedes”).
Lidia López
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