lunes, 28 de junio de 2010

EN ESCENA

Morpho-Azul hoy estuvo en escena. ¡Al fin estrenó “Dentro: Encuentro”!
Quisiera compartir que fue una función llena de altibajos, de matices, de polaridades, de errores y lecciones… Llena de VIDA. Llena de un universo de sensaciones que sólo quien ha vivido de cerca la escena puede entender, y difícilmente describir. Incluso así lo intentaré, a sabiendas que puede faltar o sobrar detalles.
Estar en el escenario significa estar expuesto, desnudando tu alma, es tomar tu corazón con la mano y brindárselo al espectador. Tu cuerpo habla y no miente, pero el discurso trasciende lo material: los huesos, los músculos, la piel; porque se vuelven portadores y no creadores de la energía y de las sensaciones. Como nos dijo nuestro director, Francisco Carrera:
“Con esta coreografía, ellos van a mirar su espíritu no su cuerpo”.
La escena es una lupa gigante, donde todo tu trabajo se observa detallada y meticulosamente tus aciertos y tus errores se maximizan. Por eso es un reto enfrentarte a ella, sabiendo el examen al que vas a someter a tu ser, como antes mencioné. Pero SIEMPRE vale la pena.
Los “errores” o simples distracciones de la memoria, estuvieron presentes en nuestra función, tal vez por nervios o por inseguridad, de cualquier forma
“crecer es lo que uno hace después de equivocarse” (de la película "El Principio de Arquímedes”).
Lidia López

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