La danza tiene la particularidad de poder hacer que los movimientos dejen de ser orgánocos para convertirse en mecánicos, eso es lo que le da matices de espectacularidad y rareza a este arte tan humano. Pero creo que nunca hay que olvidar los orígenes y siempre que sea posible regresar a ellos habrá que hacerlo, pues el movimiento orgánico es lo que nos lleva a todo lo demás. Sólo se levanta quien sabe caer, sólo admira la luz del sol quien ha estado ciego, y sólo saborea lo inorgánico quien disfrutó lo orgánico.
En este contexto es que afirmo que la búsqueda de lo acuoso en el movimiento ha venido a recordarme lo orgánico de éste, me ha permitido desahogarme de todo lo que tenía acumulado en el cuerpo, de todas las tensiones y esfuerzos extras e inecesarios.
Lo que le da vida a la danza es el cuerpo, y para que tenga una buena calidad de vida, éste, el cuerpo, debe estar en óptimas condiciones.
La danza no es, o no debiera ser sinónimo de masoquismo, de sacrificio o de dolor, por que en el momento que lo es deja de producir placer en el ejecutante y se reflejará al espectador.
La danza es placer, diversión, discilpina sí, pero voluntaria...
Y a mi, el discurso estético, el estilo de mivomiento que Morpho Azul busca y propone me lo recurdan a cada instante.
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